Reseña histórica sobre el cultivo de Tilapia (Oreochromis sp.) en el Ecuador
El inicio de la producción
de tilapia en el Ecuador fue realmente duro para los productores por la
carencia de mercado, pero a raíz de la unión de estos con
comercializadoras norteamericanas en 1996 es cuando Ecuador se perfila como líder
en la producción, procesamiento y exportación de filetes frescos hacia EEUU y
otros mercados.
Blgo. José Ernesto
López Talledo, M.Sc. | 05 Junio 2012 19:29
Suárez Cruz et al. (2009), Comentan que en relación
a la producción de tilapia (Oreochromis
sp.), la primera empresa que inicia el cultivo con finalidad netamente
exportadora en Ecuador, es la formada por el Ing. Hernán Maruri Castillo (U), quién con asesoría
del técnico panameño Daniel Castilleros (1993-1995) y en sociedad con el Ing.
Santiago Salem (I.P.S.P.) iniciaron la readaptación de la infraestructura de la
camaronera Río Taura (250 has) para el cultivo de la tilapia roja a través de
dos líneas importadas, en 1993 la red florida desde Jamaica y Panamá, y
posteriormente en 1994 la red yumbo.
En Ecuador, la lucha
para lograr cultivar la tilapia roja con sentido empresarial no fue fácil. Para
esta época, ingresaron en Ecuador muchos potenciales productores, los cuales
carecían de mercado, dependiendo de la venta de su producción a las
grandes empacadoras que compraban la libra a bajos precios (US $ 0.40)
aprovechando su monopolio sobre el mercado internacional, lo que ocasionó finalmente
la salida de muchos productores y su regreso al cultivo del camarón que se
encontraba en plena recuperación, empresas que sobrevivieron en estos primeros
años fueron Modercorp y el Garzal (Provincia del Guayas).
Ecuador a partir de
1996, se comienza a perfilar como líder en la producción, procesamiento y
exportación de filetes frescos hacia EEUU, esto se logra mediante la unión de
los productores ecuatorianos con comercializadoras norteamericanas,
siendo las sociedades más exitosas: Aqua Trade Corporation (I.P.S.P, Aquamar e
Indupesca) con Tropical Aquaculture Products y Empacadora Nacional (ENACA) con
Rain Forest Aquaculture (RFA), fusiones que rendirían sus
frutos en la parte final de la década de los 90. Con la empresa Industrial
Pesquera Santa Priscila, con sus plantas de proceso Mardelsa (tilapia) y
Santa Priscila (camarón) y su fábrica de alimento balanceado Davipa,
inicia un completo programa para el aprovechamiento de los desechos del
proceso de la tilapia y el camarón utilizándolos en la fabricación de
harinas para alimentos balanceados con gran éxito, disminuyendo los costos de
producción.
En 1998 empresas como
El Garzal (Provincia del Guayas) se dedicaron a producir tilapia principalmente para el mercado
colombiano. En el año de 1999 Industrial Pesquera Santa Priscila utiliza la
infraestructura de una camaronera de 200 ha. en el sector de Tierra Nueva para
el cultivo de tilapia. Como un proyecto de educación ambiental y desarrollo
comunitario realizado por La Reserva Ecológica Manglares Churute y Fundación
Natura en el año 2000 se ejecuto un ensayo de cultivo de Chame (Dormitator
latifrons) con el fin de obtener un ingreso económico para la comunidad de
el Caimital. El proyecto no tuvo buenos resultados debido a problemas de
permeabilidad de suelos que no permitían mantener
el nivel de agua del estanque. Al finalizar el ensayo se capturaron animales
de poco peso (200 g) los cuales no eran comercializables para exportación y se
consumieron entre los habitantes de la comunidad.
Referencia Bibliográfica
Suárez Cruz, R.C.,
Sandra del Rosario, B.V., Calderón Payares, E.E. 2009. Caracterización
y Propuesta Técnica de la Acuicultura en el Sector de Tierra Nueva dentro de la
Reserva Ecológica Manglares Churute. Tesis de grado.
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“Tenemos que comunicar mas y mejor cómo
alimentamos a los peces”
Entrevista integra publicada por Aquahoy a Cristóbal
Aguilera, director de Desarrollo, Investigación e Innovación en Acuicultura del
IRTA, adscrito al Departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya,
quien nos habla de su visión de la acuicultura como fuente principal de
alimentación de la sociedad del siglo XXI.
Blgo. José Ernesto López Talledo, M.Sc.
| 05 Julio 2012 23:58
BARCELONA, España.- Cristóbal Aguilera es el director
de Desarrollo, Investigación e Innovación en Acuicultura del IRTA, adscrito al Departamento
de Agricultura de la Generalitat de Catalunya, y uno los organizadores de las
“Jornadas de inmersión estratégica de AqüiCAT”, que se celebrarán los próximos
29 y 30 de mayo en Sant Carles de la Ràpita (Tarragona). En esta entrevista,
nos habla del proyecto del Clúster de Acuicultura de Cataluña (AqüiCAT) y de su
visión sobre el presente de este sector.
¿Cuál es el objetivo de estas jornadas y cuáles son
vuestras expectativas sobre el evento?
Estas jornadas están dirigidas a aquellas empresas que
creen en la posibilidad de mejorar su negocio mediante la innovación. Después
de un año promoviendo actuaciones y dinamizando el Clúster, esperamos que las
empresas y organizaciones realmente interesadas en AqüiCAT den un paso adelante
para constituir formalmente este Clúster. No estamos hablando de asociarse y
pagar cuotas, exclusivamente, sino de mostrar un compromiso serio para definir
nuestra identidad, liderar proyectos de futuro y comprometernos en determinadas
actuaciones.
Sin embargo, AqüiCAT tiene previsto constituirse como
asociación de empresas para afrontar retos estratégicos y ser líderes del
sector acuícola nacional….
El modelo de asociación está en estos momentos en vías
de creación. Nuestra propuesta incluye, entre otras cosas, la disponibilidad de
las instalaciones y know-how del IRTA como plataforma de lanzamiento para
cualquier empresa interesada en asumir los nuevos retos del sector. Pronto
estrenaremos web (www.aquicat.cat)
con contenidos derivados de esta plataforma y que contendrá la lista completa
de colaboradores y empresas que nos apoyan en el proceso de creación del
clúster.
La acuicultura se ha convertido en una de las fuentes
principales de alimentación para la sociedad del siglo XXI. Sin embargo, hay
muchos detractores que desprestigian un producto con altos niveles de controles
alimentarios y nutricionales. ¿Cree que hay intereses para demonizar una
actividad que supone una fuente de riqueza para el país?
Sinceramente no. En un estudio que realizamos en
colaboración con el CREDA para analizar la percepción de los productos
acuícolas por parte de los consumidores, vimos que en general éstos asocian el
pescado de cultivo a un producto seguro y saludable. Por otra parte, es cierto
que existe un porcentaje elevado de la población que desconoce los aspectos
relacionados con su producción. Creo, por lo tanto, que es necesario comunicar
más y mejor cómo alimentamos a los peces y que existe un control total como
para cualquier otro producto fresco y natural. Es la única manera para acabar
con este desconocimiento y con cualquier duda por parte del consumidor.
El pasado mes julio de 2010 entró en vigor el nuevo
reglamento europeo sobre acuicultura, que incluye una normativa para la
acuicultura ecológica. ¿Qué cambios conlleva para el sector?
Realmente representa un reglamento único para todos
los miembros de la UE que unifica los criterios en que ha de basarse la
producción acuícola ecológica, y proporciona al consumidor la posibilidad de
elegir un producto alternativo al de la acuicultura convencional, ya de por sí
perfectamente regulada y controlada. Esto implica que aquellas empresas que
quieran apostar por este modelo de negocio deban cumplir normas de bienestar
animal, de regulación de las condiciones del cultivo y de respeto del entorno
medioambiental. En realidad, más que la producción de peces estos cambios
afectan a toda la cadena de valor, incluyendo la producción de alimentos, la
gestión de los reproductores y la comercialización del producto final.
¿Puede esto representar una oportunidad para mejorar
la competitividad del sector?
Aunque al principio sea difícil competir en un mercado
donde los márgenes son muy escasos e incluso el esfuerzo pueda parecer excesivo
para el potencial beneficio, creo que existe un mercado poco explotado formado
por consumidores que quieren cada vez más información sobre lo que comen y
dispuestos a pagar por un producto ecológico.
Referencia Bibliográfica